Siguiendo con el proyecto planteado para 2º de la E.S.O. “ Percibir
el Arte a través de los Sentidos”, se nos planteó el segundo gran reto. En la
primera experiencia inmmersiva implantamos
el “Museo Estigia”, experiencia mediante dispositivos VR en la que el alumnado
reinterpretó algunas piezas del Arte Románico. En ella, ya habíamos utilizado
la vista y el sonido, ahora era el momento de experimentar con los sentidos restantes, olfato, gusto y tacto.
A mediados de febrero estábamos inmersos en el estudio de
Al-Ándalus, y al enfrentarnos al estandar B.3. 27.2. Explica la importancia de
Al-Ándalus en la Edad Media, se nos planteó la posibilidad de ampliar el marco
temporal y llevarlo hasta la contemporaneidad. Así pues surgió esta nueva
experiencia inmersiva.
El primer trabajo consisitió en elaborar una investigación
sobre cómo hacer sentir ese periodo de la historia, el alumnado rápidamente
encontró la solución, mediante el olor. Así que nos pusimos a investigar cómo
podía oler Al-Ándalus. Para ello se distribuyeron en grupos y ámbitos de la
ciudad andalusí: mezquita, alcázar, huerto, hamman, zoco, etc.
Cada uno de ellos eligió una especie, planta, esencia, etc.
Y a modo de Dioscórides contemporáneos, investigamos no sólo el origen de
ellas, si no también sus usos culinarios, medicinales, estéticos, entre otros.
Con la información ya recabada, comenzó la parte más
creativa y lúdica del trabajo, recrear páginas de antiguos códices, para ello
empleamos folios, café, cacao, entre otros, para recrear esas páginas con la
fiabilidad que nuestros materiales nos permitían.
Una vez plasmada la teoría en formato físico, se nos planteó el gran reto; cómo transmitir el olor a nuestro posible público, y qué recursos utilizar para ello. Algunos fueron más fáciles de encontrar, pues muchas de las especies las teníamos en nuestras propias cocinas, tales como el anís, comino, etc. Sin embargo, la tarea se complicó en otras, como el mirto, arrayán, ... La búsqueda se amplió entonces desde nuestras cocinas a todo nuestro entorno, encontrando algunas de ellas en el jardín del instituto (lavanda, romero, …), en jardines del entorno (laurel, tomillo, rosas…) e incluso los multiprecios del barrio, en los que encontramos esencias de productos que en esta época del año no están de temporada (melocotón, melón, etc).
Ya teníamos los materiales, pero nuevamente otro escollo se
presentó ante nosotros, de qué modo presentar esos olores. La respuesta era
mucho más sencilla de lo que en un principio nos parecía, y la encontró Adela (siempre dispuesta a ayudarnos en esta nueva
manera de aprender y gran defensora de aprendizajes activos), haciendo abanicos
de papel, y las especias en saquitos.
Ya con todo ello montamos la muestra en el recibidor de
nuestro centro, la cual está siendo un éxito, pues nuestros compañeros se
acercan a ella en los intercambios de clase y en el recreo, atraídos por el
intenso olor e interesándose por la información presentada.
Con todo ello hemos conseguido nuevamente nuestros objetivos:
- Cubrir el estándar de aprendizaje.
- Realizar pequeñas investigaciones.
- Cooperar en el trabajo.
- Mostrar a nuestros compañeros la importancia que este periodo histórico ha tenido y tiene en nuestra vida cotidiana.
Magnífico proyecto, Juan Francisco!!!
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